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“No queremos educar, queremos compartir”

02/10/2018
Danza
La Petita Malumaluga presenta ‘30 elefants sota un paraigua’

"¿Cómo puede aprender a hablar un bebé si nadie le habla? ¿Y por qué a un niño se le tiene que hablar de diferente manera que a un adulto?". Estas son algunas de las preguntas que se plantea La Petita Malumaluga y a las que da respuesta a través de unos espectáculos que tratan a los niños como si fueran adultos, es decir "desde el respeto", y en los que les plantean temas que muchas veces se consideran terreno vedado para ellos. "En nuestros espectáculos se habla de todo. El único tema que nos hemos prohibido mostrar es la violencia", explica Albert Vilà, músico y 50 por ciento de esta compañía que fundó en 2011 con la bailarina Eva Vilamitjana, protagonista de 30 elefants sota un paraigua, el montaje que presentan en esta cuarta edición del circuito del Barcelona Districte Cultural.

"Desde La Petita Malumaluga no queremos educar. Lo que queremos es compartir. Porque nadie aprende aquello que no quiere aprender. Nosotros no queremos hacer propuestas educativas o educadoras porque no queremos dar lecciones. Las nuestras son propuestas pensadas para disfrutar, para reflexionar y para experimentar. Queremos que los niños puedan experimentar las artes escénicas del mismo modo en que lo haría un adulto. Queremos romper barreras porque creemos que en nuestros teatros se practica actualmente una cierta discriminación con los niños. Por eso proponemos espectáculos válidos para niños, pero no únicamente para niños", añade Albert Vilà, que admite que así lo han hecho con 30 elefantes bajo un paraguas, que se plantea como el viaje de unos marineros hacia un delta imaginario habitado por un grupo de elefantes. Pero esta es la excusa para poder hablar otras cosas que van mucho más allá de estos animales y su cobijo.

"Este viaje nos sirve de pórtico y de epílogo", desvela Albert Vilà. Pero el espectáculo, de poco más de media hora (una duración aceptable para que un niño pequeño pueda mantener la atención), lo que quiere es abordar las historias de diferentes personajes que pertenecen a generaciones diferentes para poder pasearse por cuestiones como el nacimiento, la adolescencia, el patriarcado y el matriarcado, la vejez o la muerte. "Nosotros miramos la muerte con un cierto terror, mientras que los elefantes se plantean este momento como un signo de vida", añade Albert Vilà.

Todas estas historias llegarán al escenario de la mano de una bailarina, Eva Vilamitjana, que irá creando escenas -que muchas veces invitarán a los niños a interactuar- que se sucederán con el acompañamiento de una voz en off que descubrirá a los espectadores un texto rico y poético que se adornará con diferentes músicas. 30 elefants sota un paraigua reunirá así movimiento, ternura, palabras, poesía, música y juego... diferentes elementos que servirán para dar cobijos diferentes a públicos con expectativas diversas, porque estos elefantes están pensados para poder ser disfrutados por niños y por grandes. Por cualquier explorador dispuesto a abrir el paraguas y jugar .
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